domingo, 11 de mayo de 2008

IMPRENTA Y VIDA PÚBLICA

GABRIEL ZAID

El tema que se tratara es: la cultura del progreso la cual, va cambiando de uniformidad (dependerá del contexto). Se expresa que el progreso consiste en ser monárquico (hasta que se vuelva obsoleto), liberal y marxista.

Se menciona, que los que imponen su ser, como modelo dominante de la humanidad; son los universitarios, la gente de libros. Sin embargo, el señor Zaid menciona que es de mal gusto que, al discutir el interés universal de la humanidad en el “progreso”, no se tome en cuanta la opinión de la gente (despreciando la sabiduría indígena), y den por hecho que son las únicas personas capaces y preparadas para entender y dirigir el “progreso” de los demás. Por lo que, se hace referencia que este progreso debería servir a la vida, en vez de arruinarla.

También, se trata de que el conocimiento no sólo esta en la escuelas o libros sino que en la experiencia de la vida la cual es la más rica. Pues casi todo lo cursado se olvida y lo que se sabe se aprende después. Es decir; se aprende ejerciendo.

Por todo lo anterior, en consecuencia la cultura se vuelve institucional, hacer cultura es como sembrar olivos: no se cosecha más y alargo plazo. Situación que genera que se pierda el verdadero objetivo de una profesión; pues ahora se buscara únicamente el poder particular no colectivo.

Los títulos se vuelven como las tarjetas de crédito; credenciales para ser creído, cuyo costo se carga a los que no las tienen.

Después de esta lectura me pude dar cuenta de la decadencia en la que entro el conocimiento, cultura y vida social. En la cual la gente no tuvo oportunidad de decidir; pues se le fue impuesta a cualquier precio. Además, de darme cuenta el papel que tuvieron los intelectuales en esa época, por lo que me queda una pregunta ¿actualmente a quien podríamos considerar intelectual?

sábado, 10 de mayo de 2008

LA ROSA BLANCA

Esta es una película de la época dorada del cine mexicano, en la cual se presenta la vida de una hacienda de 1937, en vísperas de la expropiación petrólera por el Gral. Lázaro Cárdenas y la población mexicana que participó entonces para ganar el petróleo mexicano, que se encontraba en manos de industrias alemanas, inglesas, holandesas y norteamericanas. Aunado a la larga historia de abusos y crímenes de las empresas petroleras extranjeras para adueñarse del territorio y los recursos naturales de México.


Es una visión realista de una de las tantas situaciones que se presentaron en aquel entonces y la forma en la cual las grandes industrias privadas extranjeras (en este caso norteamericana) se apropiaron de grandes extensiones de terrenos en zonas petroleras como en Veracruz.


También nos narra como la dignidad de la solidaridad y el nacionalismo de todos los mexicanos libraron la batalla junto al presidente que decretó la expropiación del petróleo el 18 de marzo de 1938. Vale mucho la pena verla.

LA GUERRA DE GALIO

HECTOR AGUILAR CARMÍN
La novela Aguilar Carmín, La Guerra de Galio, es el primer recuento de lo que fueron los años setenta en México. Sin embargo, aunque la trama se construye sobre hechos reales, como el golpe contra Excelsior y la guerrilla urbana, elude el verdadero debate político e intelectual de aquellos años. No es casual que en sus páginas no aparezca ninguna referencia a los “intelectuales liberales” con los que polemizó acremente la izquierda. Tanto más sorprendente cuanto este debate está íntimamente ligado a la historia de Excelsior, Julio Scherer le ofreció a Octavio Paz la fundación y dirección de la revista mensual Plural: Vuelta nació como consecuencia del golpe contra Excelsior.

Por eso el silencio de La guerra de Galio es sintomático. La novela no hace un recuento crítico de las posiciones que se adoptaron entonces, sino que crea una tensión entre un intelectual orgánico del Estado y un joven de la generación del 68. Cualquiera que sea el propósito de La Guerra de Galio, lo cierto es que elude el balance de la actuación de toda una generación. Sin embargo, hay que señalar que ese balance lo ha iniciado el mismo Aguilar Camín en otros textos.

EL DEBATE POLÍTICO E INTELECTUAL EN MÉXICO:

JAIME SUSARREY SÁNCHEZ


En México, después de 1968 se esbozaron dos grandes proyectos ideológicos y políticos: el democrático y el socialista. Ambos se oponían al autoritarismo. Ambos querían una renovación nacional. Pero diferían en sus propuestas: para los socialistas la salida era unja ruptura revolucionaria; para los liberales, la reforma democrática y el ejercicio de la crítica intelectual eran las únicas respuestas válidas contra el autoritarismo. Las opciones eran diferentes en lo político y lo ideológico, pero también en lo generacional.

La mayoría de los jóvenes que experimentaron la represión se identificaban con la opción revolucionaria. No todos los que optaron por ese proyecto pertenecen a la misma generación. Ejemplos notables son Pablo González Casanova, Heberto Castillo y Luis Villoro, que por edad pertenecen a la generación de medio siglo; sin embargo, por temperamento están más cerca de la generación del 68. El proyecto democrático fue asumido por otras generaciones: Octavio Paz (1914), Gabriel Zaid, quien pertenece a la generación de medio siglo, y mas tarde Enrique Krauze (de la generación del 68). A esta lista se pueden añadir los nombres de Eduardo Lizalde y José de la Colina. Antes, hacia finales de los años sesenta, Cosío Villegas había defendido la tradición liberal y la necesidad de reformar democráticamente el sistema político.

El debate el proyecto socialista y el democrático era tan natural como inevitable. De la publicación de Posdata (1970) al encuentro de intelectuales (El siglo XX: la experiencia de la libertad) organizado por la revista Vuelta, se pueden encontrar ejes temáticos similares. Durante los últimos tres años, el fondo de ese debate ha sido, en México, sustancialmente el mismo que en el resto del mundo: la democracia y los derechos humanos frente a los regímenes autoritarios de derecha (dictaduras militares casi siempre) y, sobre todo. Frente al “socialismo real” o “socialismo burocrático”. Sin embargo, para la izquierda mexicana, como para buena parte de la izquierda internacional, el verdadero debate era entre el capitalismo y el socialismo. La democracia y los derechos humanos fueron preocupaciones ajenas a los socialistas: para muchos tocar estos temas equivalía a exhumar reliquias liberales y prejuicios burgueses idealistas; para la mayoría, simplemente eran sofismas de la reacción en contra de las dictaduras revolucionarias.

En el ocaso del siglo y del milenio. Se cierra estrepitosamente una época en la historia mundial. En México concluye un largo debate que se inicio en 1968. En v4einte años se abrieron y se cerraron los horizontes y las esperanzas de toda una generación. Por todas estas razones ha llegado la hora de examinar nuestro pasado reciente. Es un imperativo intelectual, moral e incluso político.

Esta lectura tiene relación con la lectura que ya realizamos de Sergio Zermeño, México: una democracia utópica. El movimiento estudiantil del 68 y con la película el Grito El contenido de la lectura continua con los hechos de 1968, las movilizaciones de los estudiantes, la toma de Ciudad Universitaria por el ejército, las ideas y el descontento que quedó por todo lo ocurrido.

En el 68 se buscaba una democracia.

CARACTERÍSTICAS DEL ESTUDIANTE 68:
-Participación política
-Capacidad de organización
-Revolucionario Social
-Movilidad Grupal
-Bases ideológicas
-Respuesta a la represión
-Búsqueda de la libertad
-Novedosos
-Movilidad Social
-Pachecos

EL ESTUDIANTE DE HOY, 2008:
-Nihilismo
-Indiferente
-Apático

Contrastando entre estas dos categorías, puedo deducir que el interés por formar parte tanto social como políticamente sea perdido y no sólo por parte de ciertos grupos sino de todos.
En tiempo pasado existía más interés por tomar conciencia y preocuparse por el bienestar de todos, hoy vivimos en una sociedad individualista y no hacemos caso de todo lo que nos rodea.

EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN MÉXICO; APORTES PARA SU ANÁLISIS.

CRISTINA GONZALEZ

Al revisar los sucesos de los primeros cuarenta años de este siglo, en materia de movilizaciones feministas y de mujeres, se encuentran algunas similitudes con la etapa actual; por un lado, no fue casual que para la misma época se estaban desarrollando importantes luchas de feministas, en especial las sufragistas, en algunos países europeos y en los Estado Unidos y que esto seguramente sirvió de ejemplo a las mujeres mexicanas. Pero tanto entonces como ahora, aquella influencia no fue el factor decisivo sino reforzador, ya que atravesó el país durante todo ese periodo fueron muy movilizadoras: consolidación del capitalismo y consecuente industrialización, la resistencia a la dictadura porfirista, la Revolución de 1910 y el posterior afianzamiento del sistema político.

En esta lectura se aborda el papel que ha jugado la mujer tanto individualmente pero especialmente colectivamente en la sociedad.

El contenido de la lectura si me informa sobre todos los congresos y grupos que hicieron las mujeres el otorgamiento del voto, la reglamentación de su trabajo y su participación social y política.
Pero considero y no es pesimismo que habrá infinidad de textos sobre las mujeres y sobre todo feministas, se oye bonito la participación que han tenido, pero se diga lo que se diga no ha sido valorado del todo el trabajo de la mujer en todo este tiempo.

Y la razón es porque hoy en día la figura de la mujer sigue siendo inferior a la del hombre, no ha sido suficiente el esfuerzo que se ha hecho para llegar a una posición respetable por esta sociedad.

Y los ejemplos que puedo mencionar están de sobra, mientras exista el machismo y la sumisión de la propia mujer no se podrá lograr la total y plena libertad.

Creo que a todas las mujeres nos sigue quedando un largo camino que recorrer, pero algo que si tengo que reconocer, es realmente que esta habiendo un cambio y que si esta cambiando el papel de la mujer, se ha logrado pasar barreras y quitarse de cadenas para conquistar el mundo.










lunes, 5 de mayo de 2008

MÁSCARAS MEXICANAS

OCTAVIO PAZ

Esta lectura tiene relación con el ensayo de el Psicoanálisis del mexicano y la cultura criolla de Samuel Ramos. Ya que las dos hablan del hombre mexicano mejor dicho en el macho mexicano que nunca se raja y tiene muchos pantalones, es desconfiado, vanidoso y cerrado.

Y hablando de cómo se ve a la mujer no se diga, hay un párrafo interesante que esta citado en el texto:
Los mexicanos consideran a la mujer como un instrumento, ya de los deseos del hombre, ya de los fines que le asignan la ley, la sociedad o la moral. Fines hay que decirlo, sobre los que nunca se le ha pedido su consentimiento y en cuya realización participa sólo pasivamente, en tanto que es “depositaria” de ciertos valores. Prostituta, diosa, gran señora, amante, la mujer transmite o conserva, pero no crea, los valores y energías que le confían la naturaleza o la sociedad. En un mundo hecho a la imagen de los hombres, la mujer es sólo un reflejo de la voluntad y querer masculinos. Pasiva, se convierte en diosa, amada, ser que encarna los elementos estables y antiguos del universo: la tierra, madre y virgen; activa, es siempre función, medio, canal. La feminidad nunca es un fin en sí mismo, como lo es la hombría.

Y como lo dice el texto las virtudes de las mujeres no son reconocidas por los hombres, para ellos la mujer debe estar en su casa, ser recatada y esto significa ser decente y que vivamos bajo su sombre, es decir, someternos ante ellos.

Pero hay algo que deberían saber los hombres, las mujeres estamos llenas de virtudes, tenemos la capacidad de pensar y resistir y eso nos hace más o igual de fuertes.
Desgraciadamente vivimos en un mundo en que la ideología que sobresale es defiéndete o no sobrevives, y para sobrevivir hay que pasar por encima de quien sea y si es necesario agredir tanto físicamente como verbalmente.

Hay un concepto que es muy cierto que se maneja precisamente en la lectura es el de mimetismo, los insectos lo usan para hacerse los muertos, pero el hombre lo usa para cambiar de apariencia, disimular, ocultar su ser.

Es muy cierto que todos vamos por la vida portando una máscara y esto tal vez sea por miedo den que conozcan nuestros verdaderos ideales y sentimientos, por querer ser igual a otros o simplemente por encajar en esta sociedad que nosotros mismos hemos creado materialista, individualista, sin significado de ser, sin rumbo alguno, estar en presencia pero espiritualmente.
Es mejor portar una máscara para no convertirse en presa sino en depredador.

Y es tanta la tiranía
de esta disimulación
que aunque de raros anhelos
se me hincha el corazón,
tengo miradas de reto
y voz de resignación.

LA INTELIGENCIA MEXICANA

OCTAVIO PAZ
La historia nos sirve para observar y utilizarla como experiencia para no caer en los mismos tropiezos del pasado, pero parece ser que hemos hecho caso omiso a ella, no hemos aprendido nada de ella.

México se define como negación de su pasado. Su error, como el de los liberales y positivistas, consistió en pensar que esa negación entrañaba forzosamente la adopción del radicalismo y del clasicismo franceses en política, arte y poesía. La historia misma refuta su hipótesis: el movimiento revolucionario, la poesía contemporánea, la pintura y , en fin, el crecimiento mismo del país, tienden a imponer nuestras particularidades y a romper la geometría intelectual que nos propone Francia.

Para obtener una buena educación se debe dejar la imitación o adaptación de formas universales, se debe buscar y modelarse a las necesidades del hombre de acuerdo a su entorno, donde se reconozca y se sobrepase así mismo.
Los nuevos maestros no ofrecen a los jóvenes una filosofía, si no los medios y las posibilidades para crearla. Tal es precisamente la misión del maestro.

Toda la historia de México, desde la Conquista hasta la Revolución, puede verse como una búsqueda de nosotros mismos, deformados o enmascarados por instituciones extrañas, y de una forma que nos exprese.
La Revolución fue un descubrimiento de nosotros mismos y un regreso a los orígenes, primero; luego una búsqueda y una tentativa de síntesis, abortada varias veces; incapaz de asimilar nuestra tradición, y ofrecernos un nuevo proyecto salvador, finalmente fue un compromiso. Ni la Revolución ha sido capaz de articular toda su salvadora explosión en una visión del mundo, ni la “inteligencia” mexicana ha resuelto ese conflicto entre la insuficiencia de nuestra tradición y nuestra exigencia de universalidad.

Nuestras ideas, así mismo, nunca han sido nuestras del todo, sino herencia o conquista de las engendradas por Europa. Una filosofía de la historia de México no sería, pues, sino una reflexión sobre las actitudes que hemos asumido frente a los temas que nos ha propuesto la Historia universal: contrarreforma, racionalismo, positivismo, socialismo.

Los mexicanos no hemos creado una forma que nos exprese. Por lo tanto, la mexicaneidad no se puede identificar con ninguna forma o tendencia histórica concreta: es una oscilación entre varios proyectos universales, sucesivamente trasplantados o impuestos y todos hoy irreversibles. La mexicaneidad, así, es una manera de ser y vivir otra cosa. En suma, a veces una máscara y otras una súbita determinación por buscarnos, un repentino abrirnos el pecho para encontrar nuestra voz más secreta. Una filosofía mexicana tendrá que afrontar la ambigüedad de nuestra tradición y de nuestra voluntad misma del ser, que si exige una plena originalidad nacional no se satisface con algo que no implique una solución universal.

La Revolución mexicana nos hizo salir de nosotros mismos y nos puso frente a la Historia, planteándonos la necesidad de inventar nuestro futuro y nuestras instituciones. La Revolución mexicana ha muerto sin resolver nuestras contradicciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, nos damos cuenta que esa creación de nosotros mismos que la realidad nos exige no es diversa a la que una realidad semejante reclama a los otros. Vivimos, como el resto del planeta, una coyuntura decisiva y mortal, huérfanos de pasado y con un futuro por inventar. L a Historia universal es ya tarea común. Y nuestro laberinto, el de todos los hombres.

LOS HIJOS DE LA MALINCHE

OCTAVIO PAZ
La extrañeza que provoca nuestro hermetismo ha creado la leyenda del mexicano, ser insondable. Nuestro recelo provoca el ajeno. Si nuestra cortesía atrae, nuestra reserva hiela. Y las inesperadas violencias que nos desgarran, el esplendor convulso o solemne de nuestras fiestas, o la del culto a la muerte, acaban por desconcertar al extranjero.

La mujer, otro de los seres que viven aparte, también es figura enigmática. Mejor dicho, es el Enigma. A semejanza del hombre de raza o nacionalidad extraña, incita y repele. Es la imagen de la fecundidad, pero asimismo de la muerte. En casi todas las culturas las diosas de la creación son también deidades de destrucción. Cifra viviente de la extrañeza del universo y de su radical heterogeneidad, la mujer ¿esconde la muerte o la vida?, ¿en que piensa?, ¿piensa acaso?, ¿siente de veras?, ¿es igual a nosotros?

Para Rubén Darío, como para todos los grandes poetas, la mujer no es solamente un instrumento de conocimiento, sino el conocimiento mismo. El conocimiento que no poseeremos nunca, la suma de nuestra definitiva ignorancia: el misterio supremo.

Un tema que se toca en esta lectura es el juego de palabras como es la de chingar.
La palabra chingar, con todas estas significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es un posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes -los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables- se rodean de fidelidades ardientes o interesadas. El servilismo ante los poderosos- especialmente entre la casta de de los “políticos”, esto es, de los profesionales de los negocios públicos- es una de las deplorables consecuencias de esta situación.

El verbo chingar- maligno, ágil y juguetón como un animal de presa- engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama “morder”. Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.

La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos “vete ala chingada”, enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.

La chingada es la madre abierta, violada o burlada por la fuerza. El hijo de la chingada es el engendro de la violación, del rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la española, hijo de puta, se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entregas, una prostituta; para el mexicano, en ser fruto de una violación.

LOS NAZIS EN MÉXICO

JUAN ALBERTO CEDILLO

Para empezar quiero dar mi opinión sobre este texto, se me hace un libro muy completo y entretenido ya que me abrió mas el panorama de lo que sabía sobre el periodo de la Segunda Guerra Mundial, porque mas que tratar de enfrentamientos, bombardeos, muertes y lideres militares, habla del detrás que hubo sobre la historia que no todos conocemos y sobre todo la importante estrategia que significaba México para todos los países involucrados.

El libro en sí lo disfrute pero hay un capitulo del que aprendí mucho y es el de Narcotráfico: Arma secreta de los nazis contra Estados Unidos.
En este capítulo se cuenta como se logra introducir la droga a nuestro país para así poder llegar al enemigo vecino de los nazis, y no solo eso, marca el nacimiento del narcotráfico en nuestro país y que hoy en día es una parte importante generadora de ingresos, pero por otro lado es un arma que hay que combatir.

Se convirtió en una fuente tan importante en el aspecto económico de muchas personas, que los mexicanos decidieron despojar a los asiáticos creadores de este recurso y se adueñaron de ella y formaron clanes para operar en ciertas áreas del país.

Pero el capítulo que mas me gusto es el de Hilda Kruger: La espía irresistible.
Realmente creo que fue una gran estrategia alemana. Mandar a una bella actriz joven como espía, seducir a miles de hombres del alto poder para poder infiltrarse y conseguir información.

Lo peor de todo es que se deja ver la corrupción que existía y que hoy en día no deja de existir en el ámbito político, pero dejarse envolver por una mujer es increíble.

Otro punto que llamo mi atención es el de como esperaban casi todos los países la derrota de Estados Unidos y esperaban la victoria de la Alemania Nazi. Todos alrededor del mundo festejaban cada victoria de los nazis y abucheaban las victorias de los norteamericanos.

Admito que me gusto el papel que jugo México en lo que concierne a los medios de comunicación en la radio, prensa y propaganda apoyando a Alemania. Ya sabemos que Alemania perdió pero ha logrado levantarse de dos guerras mundiales y si México se hubiera aliado a ella, E.U hubiera perdido fuerza geográficamente y eso pudo haber cambiado el rumbo de las cosas. No estaríamos bajo el dominio norteamericano aunque nadie aseguraría que estaríamos mejor bajo un dominio alemán, pero creo que Alemania podía traer mejores condiciones de vida a nuestro país.

Hay tantas cosas que valdría la pena mencionar de este libro.
Para concluir el libro me gusto mucho, ha sido de los mejores que he leído en lo que va del año y vale la pena volver a leerlo.