jueves, 28 de febrero de 2008

IDEOLOGIA Y PRAXIS POLÍTICA DE LÁZARO CÁRDENAS



TZVI MEDIN

La posición cardenista con respecto a las relaciones obrero-patronales y a los problemas de trabajo e industria quedó definida de hecho en el discurso que pronunció en Monterrey, a donde se traslado personalmente para resolver a favor de las fuerzas obreras el conflicto allí planteado. Este discurso fue pronunciado el 9 de febrero de 1936, pocos días antes de la constitución de la CTM, y en su contenido, aunado y corroborado por muchos otros discursos de Cárdenas, parecería que es doble captar la concepción cardenista en esos tópicos.Cárdenas reconoce la existencia de las luchas sociales y llaman a los obreros a organizarse en un frente único para hacer más efectiva la defensa de sus intereses; mas paralelamente, estipula en el séptimo de los 14 puntos anunciados en Monterrey: “las clases patronales tienen el mismo derecho que los obreros para vincular sus organizaciones en una estructura nacional”. Y en verdad, estos conceptos se encontraban acorde con el pensamiento cardenista en el sentido de que los obreros debían organizarse de acuerdo a sus intereses profesionales y que igual cosa deberían hacer los empresarios industriales, y ello para que la lucha económica y social dejara de ser la inútil batalla del individuo contra el individuo y se convirtiera en la contienda corporativa de la cual surgiera la justicia y el mejoramiento de los hombres.En el discurso de Monterrey Cárdenas fija claramente la limitación de los conflictos obrero-patronales a la capacidad económica de las empresas “los movimientos que llevan a cabo en la actualidad las organizaciones de trabajadores no tienen otro carácter que el de una lucha social que se ajusta a los términos de la ley y que no alarma al país ni al gobierno, porque todos sabemos que el objetivo de los trabajadores se reduce a lograr las conquistas que son compatibles con la capacidad productiva y financiera de las empresas”. En tanto la CTM perseguía una reestructuración revolucionaria implícita en su aspiración de abolir el régimen capitalista, Cárdenas considera en verdad la lucha de clases como un medio para la reforma pero no para la revolución. Cárdenas no piensa en la abolición de la propiedad privada, y en repetidas oportunidades expresa explícitamente que no gobierna en beneficio de una determinada clase sino de toda la nación. Se trata de una lucha de clases que permita lograr el equilibrio, y en la medida que no exista, es su deber constituirlo. La lucha de clases surge entonces, en la concepción cardenista, como un medio al servicio del reformismo: la primacía estatal es la garantía de que no trascienda estos límites.
CÁRDENAS Y LA UNIFICACIÓN CAMPESINA CNC
En los momentos de la explosión revolucionaria mexicana a principios de nuestro siglo, resultaba indudablemente, como uno de los factores básicos de la misma, el régimen de propiedad de la tierra: el 97% de ella se encontraba en manos de 830 hacendados, en tanto el pueblo mexicano se veía desprovisto de tierra, y encadenado por vida al sistema latifundista de explotación, no ya de la tierra sino del ser humano.El campesinado mexicano se alza con la Revolución y, durante el transcurso de la misma, se van dictando una serie de leyes y decretos agrarios que disponen, fundamentalmente, la devolución de las tierras a los campesinos en función de la repartición de los latifundios existentes a lo largo de todo el país.Sobre el trasfondo de este descubrimiento de la unificación campesina surgen dos nuevas organizaciones al lado de las ya existentes la Confederación General de Obreros y Campesinos de México y la Confederación Campesina Mexicana. La primera aparece en 1933 como consecuencia de la reorganización de la “CROM depurada”, organismo formado con numerosos sindicatos que abandonaron a la CROM con Lombardo Toledano al frente; la segunda se forma el 31 de mayo de 1933 bajo la iniciativa de Graciano Sánchez, Emilio Portes Gil y otros destacados dirigentes agrarios y políticos.La CCM surge como una fuerza campesina que agrupa a las comunidades agrarias de los estados de San Luis Potosí, Tamaulipas, México, Chihuahua, Michoacán y Tlaxcala, pero sin lugar a dudas, es su trascendencia política la de importancia definitiva en esos momentos. En pleno maximato callista, era claro para todos que la palabra definitiva sería dada por Calles, mas a pesar de ello, era necesario tomar en cuenta otros dos factores importantes. El primero era la constante presión popular que se manifestaba a través de la larga ola de huelgas y agitación popular que se había desatado desde el comienzo de la década de los 30 sobre el trasfondo de la crisis económica mundial: el segundo, el hecho de que en el PNR mismo había elementos que disentían de la línea callista. Estos eran fundamentalmente resentidos ortizrubistas, agraristas que se oponían a la nueva política reaccionaria de Calles con relación a la reforma agraria y finalmente diferentes personalidades que se oponían a la continuación del maximato, como por ejemplo el ex presidente Portes Gil, quien en 1933 ya se encontraba en abierta confrontación con el Jefe Maximo.Es necesario recordar, entonces, que el movimiento campesino fue aquel que postuló la candidatura presidencial de Cárdenas en el primer momento, y que el mismo movimiento depositaba sus esperanzas revolucionarias en su candidato; todo ello independientemente del hecho, ya señalado, de que otros elementos políticos se sumaron al campesinado en función de sus intereses específicos.



EL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
CONSTITUCIÓN Y TRASCENDENCIA
Una vez liquidado el enemigo común, o sea el maximato, las diferencias entre grupos se manifestaron claramente y salieron a plena luz. Se trata fundamentalmente de las diferencias y divergencias entre la orientación izquierdista, representada principalmente por Múgica, Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, Vázquez Vela, secretario de Educación, Soto Reyes, Mora y Tovar y otros, y la orientación centralista postulada fundamentalmente por Portes Gil; o la postura de Cedillo, secretario de Agricultura calificado por los comunistas como quien buscaba el acercamiento a los círculos terratenientes y a la jerarquía católica.Además de en el aspecto ideológico, la confrontación surgía también en función de la lucha por el poder, no tanto por el poder actual dado que Cárdenas era la autoridad absoluta e indiscutible, sino más bien por la constitución de fuerzas (representadas en los estados, en las Cámaras y en el gobierno) que permitieran una posición determinante con respecto a la designación del próximo candidato presidencial y la constitución del próximo gobierno. Los propósitos futuristas eran tan acentuados que Cárdenas inclusive se vio obligado a referirse al problema en sus informes presidenciales.Ya a principios de 1937 Cárdenas proyectó la organización del PNR tomando en cuenta los sectores obrero, campesino y militar, experimentando este sistema en momentos de las elecciones para la XXXVII Legislatura en Coahuila, el Distrito Federal y Yucatán. Asimismo, en febrero de 1937 se firma un pacto de frente electoral popular integrado por el PNR, la CTM, la CCM y el partido Comunista, pero dada la iniciativa ya tomada por Cárdenas, este pacto constituía en verdad una mera y transitoria etapa hacia la constitución del PRM. Y en verdad, ya en esa época comenzó a trabajar una comisión con el fin de revisar los principios y la estructura del PNR.Lógicamente es necesario tomar en cuenta las circunstancias específicas reinantes en el momento mismo de laceración del PRM a fines de marzo de 1938. El 18 de marzo había llegado a su culminación el conflicto con las compañías petroleras y Cárdenas había nacionalizado esta rama básica de la economía nacional. Las presiones de las compañías llegaban a su punto culminante, que no se sabía posible alcance de la reacción estadounidense, México rompería sus relaciones con Gran Bretaña, y agregado a todo esto era previsible el intento de un golpe militar por parte de los elementos reaccionarios dentro del mismo país.Frank Brandenburg considera al PRM fundamentalmente como el intento de la constitución de una democracia funcional basada en cuatro sectores, tres de los cuales debían encontrarse acordes con respecto a una determinada denominación.Moisés González Navarro, por su parte, considera como la principal innovación del PRM con respecto al PNR, el reforzamiento de su carácter de partido “indirecto”, o sea lo que Mauricio Duverger explica como partidos formados por la unión de grupos sociales de base: sindicatos, cooperativas, mutualistas, etc.

LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA Y EL PROGRESO SOCIAL

Los objetivos básicos de la política económica cardenista fueron el logro de la independencia económica nacional y el progresivo nivelamiento de las clases sociales. Se trabajo con miras a estos objetivos lográndose paulatinamente su realización parcial a un ritmo y un alcance condicionados por las dificultades y los obstáculos que iban surgiendo, propios de un país subdesarrollado y dependiente de los intereses capitalistas extranjeros. Esto no quiere decir necesariamente que los obstáculos detuvieran la realización del proceso o disminuyeran el ritmo de su marcha; por el contrario, en el periodo cardenista parecería que los obstáculos aceleraron a menudo el ritmo de los acontecimientos y les dieron más alcance y profundidad, ya que solo una arremetida total y a fondo era capaz de garantizar la superación de dichos obstáculos.La visión y la política social de Cárdenas promovieron elementos fundamentales para el desarrollo industrial, pero asimismo mejoraron decisivamente las condiciones de la clase obrera, limitando de ante mano las posibilidades de maniobra de la burguesía nacional. Pero las limitaciones del ámbito de expansión de la burguesía nacional no se llevó a cabo únicamente mediante el fortalecimiento del movimiento obrero, sino también gracias a una política gubernamental, que si bien estimulaba el desarrollo de la pequeña y media burguesía nacional, salía en cambio abiertamente contra la gran burguesía nacional y extranjera.


LA EXPROPIACIÓN PETROLERA

Este histórico paso dado por Cárdenas el 18 de marzo de 1938 constituye una clásica ilustración de algunos puntos cuya comprensión adecuada sigue siendo de importancia esencial para los pueblos latinoamericanos.Las compañías petroleras habían logrado enormes beneficios en la explotación del petróleo mexicano, extrayéndolo del subsuelo y exportándolo al exterior. Una comisión pericial designada por el gobierno estipula claramente: “Una inspección superficial del género de instalaciones de las empresas petroleras y de la orientación de sus actividades, comprueba plenamente que todo ha estado encauzado con el propósito de no derramar en el país los incontables beneficios del aprovechamiento de productos petroleros, sino con el de enviarlos al exterior, para provecho de otros países.¿Cuál fue la reacción de Estados Unidos e Inglaterra frente a la expropiación petrolera llevada a cabo por el gobierno mexicano? En Estados Unidos se dieron en verdad tres posturas diferentes con relación al conflicto: la del Departamento de Estado estuvo siempre dispuesto a apoyar las exigencias de las compañías y a presionar al gobierno cardenista. El secretario de Estado Hull consideraba que los salarios pagados por la industria petrolera eran los más altos del país y esto era lo importante para el gobierno mexicano, y no la posibilidad de que las empresas pudiesen aumentarlos aún más. Una vez llevada a cabo la expropiación, Hull no tuvo más remedio, de acuerdo con la política impuesta por Rooselvelt, que reconocer que el gobierno norteameriano respetaba el derecho de México de expropiar las propiedades petroleras por interés público, pero paralelamente exigió la indemnización previa de las empresas en forma inmediata, sabiendo que esto era imposible de realizar. Las notas enviadas por el Departamento de Estado al gobierno cardenista eran sumamente duras y exigían asimismo la indemnización por las propiedades agrarias que habían sido expropiadas en años anteriores. Considerando que los derechos de la colectividad deben prevalecer sobre los derechos individuales, México explicó firmemente que no podía subordinar la aplicación de las leyes a las posibilidades de un pago inmediato, y rechazó asimismo la posibilidad de someter el conflicto a un arbitraje tal cual lo solicitaban los norteamericanos.En lo que se refiere a Inglaterra, está tomó una posición extrema desconociendo por completo el derecho mexicano a la expropiación en este caso específico, considerando la expropiación petrolera como “esencialmente arbitraria”. Frente a las notas del gobierno inglés, consideradas ofensivas por el gobierno mexicano, el embajador mexicano en Inglaterra recibió órdenes de abandonar su presentación.Las compañías petroleras, por su parte, exigían la devolución de la industria expropiada; dificultaron seriamente la adquisición de refacciones para los equipos de los campos de petróleo y las refinerías mexicanas, y asimismo provocaron el cierre del mercado mundial para el petróleo mexicano. México se vio forzado a vender su petróleo a Alemania, Italia y Japón, logrando asi disminuir los efectos nocivos de las represalias de las compañías. Y finalmente debemos recordar la reacción interna, cuya máxima expresión fue la rebelión cedillista.


LA REFORMA AGRARIA ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA PROBLEMÁTICA AGRARIA A PARTIR DE 1910
El problema agrario se encontró presente a lo largo de toda la lucha revolucionaria; a la guerra se iba con soldados y los contingentes militares se hallaban formados por el campesinado mexicano. Mucho se prometió por convicción y honestidad, y a veces por conveniencia y necesidad de momento, pero una vez lanzado el grito de la reivindicación su eco no dejaría de resonar en el devenir histórico mexicano: el momento agrarista se hizo presente a lo largo de todo el desarrollo de la contienda revolucionaria.Consideramos que desde la irrupción revolucionaria hasta el periodo cardenista es dable discernir tres etapas diferentes en lo que se refiere a la problemática agraria. La primera de ella se extiende hasta la caída de Venustiano Carranza, la segunda abarca fundamentalmente los gobiernos de Obregón y Calles y los gobiernos del maximato; el tercer periodo es el cardenista. Durante el primero de estos periodos se va delineando el problema agrario, se van definiendo las diferentes partes de la problemática y se van formulando asimismo posturas en lo referente a los objetivos y a los medios para lograrlos.Pero todo esto tiene lugar fundamentalmente en el plano teórico o en la realización local y limitada. Sin trascender en realidad a la acción y a la realización concreta del reparto masivo en la dimensión nacional. Esto debe atribuirse seguramente a las constantes luchas entre las diferentes fuerzas surgidas de la Revolución, como asimismo a la lucha contra la reacción porfirista; pero a ello debemos agregar que gran parte de las posturas ideológicas sostenidas en esos momentos no eran precisamente aquellas que pudieran permitir un abordaje serio y radical de la problemática agraria a nivel nacional.En el transcurso del segundo periodo comienza el abordaje real del problema con el reparto de tierras a nivel nacional. Se pasa al plano de la acción, mas será ésta una acción que comenzará a corroer la periferia de la estructura latifundista, pero no más. Una teoría moderada y “razonable” con Obregón y un abordaje integral, pero no radical y desvirtuado en su realización, con Calles, constituyen las características básicas de este periodo.Será solo con Cárdenas que la Revolución de 1910 comenzará a concretar en realidad a una de las máximas aspiraciones de los revolucionarios, sólo con él la estructura latifundista se verá lesionada en su mayor parte dando paso a un nuevo régimen en la tenencia de la tierra.Las ideas agraristas estaban lejos de ser patrimonio general, y a la misma se enfrentaba la concepción de los círculos callistas, concepción que había sido la base de la detención de la reforma agraria durante la época de Ortiz Rubio.

LAS CONTRADICCIONES DE LA ALIANZA PROGRESISTA

NORA HAMILTON
Cárdenas y sus asociados creían que el Estado podía guiar y dirigir el proceso de desarrollo capitalista para evitar las contradicciones normalmente resultantes de este proceso. El cambio en la política norteamericana como resultado de la depresión y la inminente guerra en Europa, así como la relativa debilidad de la burguesía nacional a raíz de la revolución, de hecho aumentaron la posibilidad de una limitada autonomía estatal en relación al capital nacional y extranjero. Pero las restricciones estructurales existentes y el proceso de acumulación de capital (que el Estado, por necesidad, ayudaba a promover) limitaban el objetivo y la efectividad de la política estatal.

Aunque la intervención del Estado en la economía alcanzó nuevos niveles bajo Cárdenas (como lo indican el incremento y los cambios en los gastos del gobierno federal), el gobierno era directa o indirectamente dependiente de los recursos generados en el sector privado, que a su vez dependían de las condiciones económicas nacionales o de la voluntad de importantes grupos privados para proporcionar préstamos a un gobierno que actuaba, a su juicio, en contra de sus intereses. Cuando los préstamos eran proporcionados por el sector privado, tendían a cambiar el enfoque o a diluir la efectividad de los más importantes programas del gobierno. Mientras el gobierno buscaba reglamentar al capital extranjero en el sector exportador, reforzaba la dependencia respecto del capital y tecnología extranjeros así como los lazos comerciales con Estados Unidos a través de importaciones de maquinaria y materiales para la expansión de la infraestructura de su programa agrario, y a través de su estímulo a la inversión extranjera en la manufactura. La legislación que reglamentaba las relaciones entre el Estado y las cámaras industriales y comerciales no afectaba las operaciones económicas de las empresas privadas. El aumento del número de empresas manufactureras durante este periodo sugiere que el gobierno tuvo éxito en su estímulo a los pequeños productores, tanto en sus incentivos generales otorgados a la industria como en sus programas específicos dirigidos a estos grupos. Pero la formación de pequeñas empresas manufactureras de mano de obre intensiva orientadas a la producción para el mercado doméstico era contrapesada por la constante tendencia a la concentración de capital resultante del surgimiento de un bloque dominante dentro de la clase capitalista.

Los esfuerzos del gobierno por promover la acumulación privada y al mismo tiempo por controlar este proceso eran, por consiguiente, inherentemente contradictorios, puesto que el proceso de acumulación privada fortalecía a un pequeño grupo de capitalistas en relación a la clase dominante como un todo y en última instancia en relación con el Estado. Sin embargo, los esfuerzos mas significativos del Estado por “controlar” al capital no estaban en las políticas “estatistas” discutidas aquí, sino en programas puestos en práctica en alianza con sectores populares movilizados en confrontación con grupos y segmentos específicos de la clase dominante. Al mismo tiempo, estas confrontaciones daban como resultado una reciente polarización y reacción de los sectores afectados y de la clase capitalista en general. Los acontecimientos producidos en torno a la expropiación petrolera demuestran el nivel del conflicto generado por estas confrontaciones y las posibilidades y limites de la autonomía estatal basada en la alianza con grupos y clases subordinados.

La inclusión de elementos conservadores en el PRM y la selección de Ávila Camacho como candidato del PRM para la presidencia puso efectivamente fin, en1939, a la alianza progresista como base de la limitada autonomía estructural del Estado en relación con las clases dominantes bajo Cárdenas. Si bien algunas facciones dentro del Estado tomaron la iniciativa de cambiar la naturaleza de la alianza básica que apoyaba al gobierno, estos cambios pueden principalmente explicarse por las presiones de segmentos de la clase dominante, externos e internos, y sus aliados dentro del Estado, en ausencia de presiones contrarias de las clases subordinadas.
El Estado fue políticamente fortalecido por la incorporación de obreros y campesinos en el partido del gobierno y por la legitimidad que éste recibió gracias a las reformas y los cambios estructurales bajo Cárdenas. En las siguientes décadas su poder económico sería reforzado por su creciente control sobre los recursos económicos en sectores tan vitales como el petróleo, la minería, transportes, comunicaciones, acero y otras industrias básicas. En el contexto de una estructura económica en la que está vinculado- a través de una variedad de complejos convenios financieros y organizativos- al capital extranjero y al segmento dominante de la burguesía nacional, el Estado ejerce un cierto gradote autonomía instrumental que en alguna medida le ha permitido dirigir y canalizar la inversión del capital privado, dictar condiciones al capital extranjero e incluso en ocasiones reforzar su legitimidad mediante la respuesta a las demandas y necesidades de los grupos y clases subordinados. Pero sus vínculos con el capital y su cooptación y represión de las clases subordinadas cancelan la posibilidad de una autonomía estructural basada en un Estado “independiente” o en una nueva alianza “progresista” con los trabajadores urbanos y rurales.

lunes, 25 de febrero de 2008

MÉXICO: ECONOMÍA, POLÍTICA Y SOCIEDAD.

UNIDAD 1
DE LA REVOLUCIÓN AL FIN DEL MAXIMATO (1910-1934)


OBJETIVOS PARTICULARES:

1.-Analizar el proceso de destrucción del Estado porfirista y la formación del Estado postrevolucionario.

2.-Estudiar la participación de los grupos sociales en el periodo de la reconstrucción económica.

MÉXICO INSURGENTE


La historia se desarrolla en la época de la Revolución Mexicana y el personaje principal es un periodista norteamericano llamado John Reed que fue enviado a México con la intención de cubrir la Revolución de manera estrictamente profesional y tratar de entrevistar a lea máximas figuras del conflicto .Sin embargo, le cuesta trabajo mantener la objetividad periodística ya que comienza a apasionarse profundamente con el pensamiento revolucionario que en ese entonces brotaba en México.
John Reed llega al país en 1913; fue recibido por algunos caudillos entre ellos uno llamado Longino que le brinda todo su apoyo desde un principio y más adelante se convierte en su compadre. Algunos estaban descontentos por su llegada y por su presencia ya que en un principio existía la incertidumbre de que a quién apoyaba.
Pero consigue la amistad de casí todos y se puede decir que adopta las mismas costumbres de la gente sobre todo las de los pobres.
También consiguió entrevistar a Villa pero le costo trabajo.
En nuestros tiempos el trabajo de un periodista es difícil de desempeñar pero esto no es sólo de hoy sino que se ha presentado desde mucho tiempo atrás y lo podemos ver con John Reed.
Reed se enfrento con varias dificultades sobre todo con la información que estaba relacionada con la vida política, ya que las autoridades y el propio presidente Venustiano Carranza se rehusaban a proporcionar cualquier dato especialmente cuando se les preguntaba sobre el asesinato del periodista americano porque consideraban que era un pretexto para que Estados Unidos pudiera intervenir en la situación que atravesaba México, esto ocurrió en este caso pero hoy hay más intereses por los que las autoridades no desean que haya libertad de expresión y no circule información que no les convenga y sobre todo que el pueblo no este al tanto de lo que este o pueda ocurrir.
En este caso John Reed conforme pasa el tiempo y va recaudando información y sobre todo porque esta viviendo la situación se aleja de su papel de periodista decide seguir más de cerca el conflicto casi hasta convertirse en un soldado.
Considero que si se hubiera tratado de un periodista mexicano no hubiera perdido tan fácilmente la objetividad porque conoce el entorno de su propio país, John Reed era extranjero talvez le pareció fascinante y diferente la situación ya que convivió con gente del conflicto y se dieron las condiciones de poder participar el mismo y no quedarse con una simple entrevista.
Hoy existen muchos periodistas como Reed que buscan más allá de lo que puedan obtener llegar a fondo de cualquier asunto del que estén tratando pero siempre hay que pasar riesgos .
John Reed murió en 1933 .

MÉXICO BARBARO

John Kenneth Turner (1879-1948)

Fue un escritor y periodista nacido en Oregon en los Estados Unidos.
Conoció a Ricardo Flores Magón y a otros integrantes del Partido Liberal Mexicano que se encontraban presos en Estados Unidos, entonces 1908 y 1909, Turner viajó a México para corroborar lo que los liberales le habían contado, haciéndose pasar por un hombre de negocios y logró, de esa ingeniosa manera, testimonios únicos sobre la situación de esclavitud en México, en los tiempos más sanguinarios del porfiriato. Sus experiencias las narró en el libro titulado México Bárbaro, donde logró de manera premonitoria aventurar que la situación social tendría, tarde o temprano que explotar en una revolución armada.
El contenido de este documental esta relacionado con la lectura del autor Friedrich Katz titulada “Condiciones de trabajo en las haciendas de México durante el porfiriato: modalidades y tendencias”.
En México, la obra de Turner es muy difícil obtenerla, porque ha sido prohibida durante décadas.

sábado, 23 de febrero de 2008

PLUTARCO ELIAS CALLES

BIOGRAFIA DEL PODER

En el marco de una situación política inestable, al término de la lucha armada, Plutarco Elías Calles abrió varios "frentes" para emprender la modernización del país: el reordenamiento bancario o fiscal, la reconstrucción crediticia, los transportes, la irrigación, la educación, la salud, las leyes, la modernización del ejército y acciones encaminadas a promover la estabilidad política del país. En cada uno de estos "frentes" Calles impulsó reformas que sirvieron como base al proceso de institucionalización de México. Se aborda lo relativo a los orígenes y consecuencias de la guerra cristera, la caída de los precios internacionales de los productos mexicanos, los cambios en la ley petrolera y la creación del Partido Nacional Revolucionario. Se dibuja el perfil de Calles como un hombre que tenía la idea de que la escuela práctica y el trabajo agrícola eran los motores del progreso de la nación.

Lo que se puede ver en este documental esta muy relacionada con la lectura de Barry Carr “El movimiento obrero y la política en México, (1910-1929)”, ya que en los dos se explica los acontecimientos que sucedieron durante su mandato como: su alianza con la CROM, la creación del partido del PNR, EL PERIODO DEL Maximato, etc.

La Revolución Mexicana y su impacto en la transformación del país, 1910-1940
Calles y sus respuestas a la inestabilidad política: el partido del gobierno.

LAZARO CARDENAS

BIOGRAFIA DEL PODER

En el video se muestran algunos hechos de la vida de Lázaro Cárdenas: su niñez, su familia, el abandono de la escuela la incorporación al trabajo y a la lucha revolucionaria, las campañas militares en las que participa; las acciones y reformas que realizó como gobernador en su estado natal y que le sirvieron como referente y base durante su gestión como presidente. Se exponen los conflictos que se dieron durante la sucesión presidencial; el programa de gobierno elaborando por el Partido Nacional Revolucionario, que durante su administración se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana, el enfrentamiento entre líderes obreros; el exilio de Calles y los cambios experimentados en la política interna; el reparto de tierras como una cuestión de justicia y desarrollo del campo; la ley de expropiación; la política exterior mexicana y la importancia que se le concedió a la educación.

El contenido de este documental esta muy relacionado con la lectura de Nora Hamilton “México, los límites de la autonomía del Estado” en esta lectura se explica más detalladamente todos los acontecimientos que se dieron durante el cardenismo.

La Revolución Mexicana y su impacto en la transformación del país, 1910-1940
La política agraria e industrial en el gobierno de Cárdenas

sábado, 9 de febrero de 2008

LA RAZA CÓSMICA

ROGER BARTRA

El objetivo es crear una sola raza sin distinción alguna.
La quinta raza no pretenderá excluir a los blancos, como no se propone excluir a ninguno de los demás pueblos; precisamente la norma de su formación es el aprovechamiento de todas las capacidades para mayor integración del poder.
El éxito de una raza es porque no imita a otras, para ser una buena raza hay que hacer descubrimientos.

La ventaja de nuestra tradición es que posee mayor facilidad de simpatía con los extraños. Esto implica que nuestra civilización, con todos sus defectos , puede ser la elegida para asimilar y convertir a un nuevo tipo a todos los hombres. En ella se prepara de esta suerte la trama, el múltiple y rico plasma de la humanidad futura.

Comienza a advertirse este mandato de la Historia en esa abundancia de amor que permitió a los españoles crear una raza nueva con el indio y con el negro; prodigando la estirpe blanca a través del soldado que engendraba familia indígena y la cultura de Occidente por medio de la doctrina y el ejemplo de los misioneros que pusieron al indio en condiciones de penetrar en la nueva etapa: la etapa del mundo Uno. La colonización española creó mestizaje; esto señala la su carácter, fija su responsabilidad y define su porvenir. El inglés siguió cruzándose sólo con el blanco y exterminó al indígena; lo sigue exterminando en la sorda lucha económica, más eficaz que la conquista armada.

En los continentes existe la indiferencia de sangre a otra nueva. En la América Latina existe, pero infinitamente más atenuada, la repulsión de una sangre que se encuentra con otra sangre extraña. Allí hay mil puentes para la fusión sincera y cordial de todas las razas. El amurallamiento étnico de los del Norte frente a la simpatía mucho más fácil de los del Sur, tal es el dato más importante, y a la vez mas favorable, para nosotros, si se reflexiona, aunque sea superficialmente, en el porvenir.

Después de examinar las posibilidades remotas y próximas de la raza mixta que habita el continente iberoamericano y el destino que la lleva a convertirse en la primera raza síntesis del globo, se hace necesario investigar si el medio físico en que se desarrolla dicha estirpe corresponde a los fines que le marca su biótica. La extensión de que ya dispone es enorme; no hay, desde luego, problema de superficie. La circunstancia de que sus costas no tienen muchos puertos de primera clase casi no tiene importancia, dados los adelantos crecientes de la ingeniería.

En cambio, lo que es fundamental abunda en cantidad superior, sin duda, a cualquier otra región de la Tierra: recursos naturales, superficie cultivable y fértil, agua y clima. Sobre este último factor se adelantará, desde luego, una objeción; el clima, se dirá, es adverso a la nueva raza, porque la mayor parte de las tierras disponibles está situada en la región más cálida del globo.
Sin embargo, tal es, precisamente, la ventaja y el secreto de su futuro. Las grandes civilizaciones se iniciaron entre trópicos y la civilización final volverá al trópico.

La nueva raza comenzará a cumplir su destino a medida que se inventen los nuevos medios de combatir el calor en lo que tiene de hostil para el hombre, pero dejándole todo su poderío benéfico para la producción de la vida.

Por otra parte, y esto es fundamental, el cruce de las distintas razas va a obedecer a razones de simple proximidad, como sucedía al principio, cuando el colono blanco tomaba mujer indígena o negra porque no había otra a mano. En los sucesivo, a medida que las condiciones sociales mejoren, el cruce da sangre será cada vez más espontáneo, a tal punto que no será ya sujeto a la necesidad, sino al gusto; en último caso, a la curiosidad. El motivo espiritual se irá sobreponiendo de esta suerte a las contingencias de lo físico. Por motivo espiritual ha de entenderse, más bien que la reflexión, el gusto que dirige el misterio de la elección de una persona entre una multitud.

NOTAS SOBRE CULTURA MEXICANA

CARLOS MONSIVÁIS

Una consecuencia inmediata de la Revolución: la pérdida provisional de las fuentes de sustentación cultural (civilización europea), lo que se acrecienta con la Primera Guerra Mundial. A resultas de lo anterior, de las continuas reverberaciones de la lucha armada, de las nuevas necesidades adaptativas, surge en las élites el interés por descubrir la esencia o la naturaleza del país, interés que-originado en el romanticismo-se había limitado durante la dictadura.

Vasconcelos declara su propósito y su ideal: Educar es establecer los vínculos nacionales.
El plan de Vasconcelos incluye:
1.-La educación concebida como actividad evangelizadora que se efectúa a través de las misiones rurales que predican literalmente el alfabeto y despiertan una efectiva, así sea mínima, conciencia cultural.
2.-Campañas contra el analfabetismo. Adopción de los principios de la “escuela de la acción” del norteamericano John Dewey.
3.-Difusión y promoción de las artes. Se funda un departamento de Bellas Artes cuya obligación es multiplicar, pedagógicamente, el entusiasmo por la pintura, la escultura, la música y el canto.
4.-El primer contacto cultural programado con el resto de la cultura latinoamericana y la española. Hay un mensaje: Por la (nuestra) raza debe hablar, efectivamente el espíritu.
5.-La incorporación de la minoría indígena a la nación a través de un sistema escolar nacional (primeros son mexicanos, luego indígenas).

Para Vasconcelos , finalmente, el nacionalismo es el Espíritu apoderándose y transfigurando una colectividad.

Una tendencia dominante del nacionalismo cultural en la década del veinte lo afirma: la amenaza(no económica sino moral) de los imperialismos impide criterios selectivos: urgen valias contra la infiltración, inventarios de nuestro patrimonio, aproximaciones beligerantes a los valores propios. Ya después vendrán universalidad y coherencia.

El descubrimiento fue también una invención, una proyección publicitaria, una función política del Estado. Al ser exaltación del Pueblo y utopía transmutada en parte, el muralismo resultó, a un tiempo, mitografía y mitomanía. Por un lado, el regreso (disfrazado) del Culto al Progreso del positivismo.

El muralismo-el hecho en sí y la incesante propaganda en torno-ha sido uno de los fenómenos más conmovedores de una sociedad necesitada de afirmaciones externas e internas, a la caza de orgullos y reivindicaciones, urgida del reconocimiento de los suyos en el extranjero y requerida de estímulos internos, de las confirmaciones del bienestar que sólo los seres excepcionales proporcionan.

Obregón y Calles cambian las reglas del juego. Adviene la estrategia del caudillismo: concentración y retención unipersonales del poder. Los partidarios del nacionalismo cultural se van enfrentando al aprovechamiento inmediato de la mística, que se traduce en apoyos o consagraciones del aparato político en turno. Y deben ir aceptando también que el freno de cualquier proyecto ideal es la extensión y el contagio de la corrupción, garantía de una base social amplisima para el régimen, expediente “orgánico” que, para abandonar la barbarie, ofrece el sistema.

miércoles, 6 de febrero de 2008

ESTRIDENTÓPOLIS




Una nota preliminar en torno al ser

En la década de 1920, un grupo de jóvenes poetas y artistas gráficos emprenden la construcción de Estridentópolis, una ciudad literaria. Manifiestos, relatos, artículos y entrevistas; metáforas y perspectivas innovadoras; exposiciones, revistas, libros y escándalos públicos son sus planos, sus herramientas y sus materiales de construcción.

El movimiento estridentista parte precisamente del supuesto de la ciudad literaria no refleja una realidad material; permite, en todo caso, miradas y observaciones que iluminen aspectos y experiencias apenas perceptibles en otros discursos. En este sentido, la visión que rige esas notas anticipa parcialmente los efectos del propio estudio.

Para la historia literaria, el movimiento inicia con un acto de voluntad: Manuel Maples Arce, un joven estudiante de leyes originario de Tuxpan, Veracruz, redacta, diseña e imprime el manifiesto Actual No.1 y lo fija, “una noche de diciembre de 1921”, en los muros de la ciudad de México.
La notoria presencia de poetas, pintores y grabadores estridentistas en Jalapa parece legitimar la juguetona iniciativa de renombrar la capital veracruzana como Estridentópolis; los enemigos políticos de los vanguardistas no comparten su sentido de humor; expresan, al contrario, su reciente preocupación por la “estridentización” de la entidad.

Pese a las referencias a otras vanguardias, el estridentismo no es su resultado ni una simple imitación de voces ya maduras o de búsquedas que se encuentran en distintos estados de constitución y difusión. Nace y se manifiesta en medio de la explosión de vanguardias europeas y latinoamericanas, donde desarrollará lo que considera su propio campo experimental.
La mirada estridentista percibe ante todo lo fragmentario, los procesos abiertos, lo indecible y lo caótico de su época.
Lo esencial del movimiento estridentista, he llegado a pensar, es la construcción de un punto de vista, de una determinada visión del mundo. El estridentismo representa una percepción de los años veinte que difiere de las historias políticas, sociales, económicas e incluso culturales y literarias.
La construcción de Estridentópolis, basada en líneas que atraviesan el movimiento vanguardista se extienden a los imaginarios sociales y culturales de la época, excede por mucho lo que se ha llamado una literatura de poco alcance y calidad, una imitación ingenua o pretenciosa de elementos futuristas, con ecos del dadaísmo.

Reparto de actores
En el estridentismo, como en muchos movimientos, confluyen orígenes, proyectos e imaginarios diversos. Ni las propuestas estéticas ni la beligerancia vanguardista se entienden a la larga, si no se trae la colación aquello que provoca el furor, la burla y el desenfado estriden-tista. Tampoco se comprende su ruidosa presencia a no ser que se relacione con la pretensión de participar en la discusión en torno a las funciones con las que debe o no cumplir el arte, en la creación de nuevas expresiones estéticas, y en la transformación de los espacios públicos. Los vínculos entre escritores, pintores, músicos y su público se entretejen con lo que se comprende vagamente como “la ciudad”,de modo que ésta se constituye en un espacio simbólico privile-giado cuyos significados rebasan un lugar donde se vive, se trabaja, y se pasea.
Un núcleo de individuos impulsan y recuperan proyectos, experimentos, propuestas y los convierten en parodias, relatos literarios, anécdotas, memoria gráfica de lo que pudo haber sido, aunque tan sólo fuera por el potencial de su imaginario.
Reparto:
Manuel Maples Arce (1898-1981) .Germán List Arzubide (1898-1998) ,Arquéeles Vela (1899-1977) ,Kyn Tanya (Luis Quintanilla, 1900-1983) ,Salvador Gallardo (1893-1981) ,Germán Cueto (1893-1975) ,Leopoldo Méndez (1902-1969) ,Fermín Revueltas (1902-1935) ,Ramón Alva de la Canal (1892-1985) ,Mabel o Janne (por cortesía, se omiten las fechas) ,Jean Charlot (1898-1979) yCarlos Noriega Hope (1896-1934)

Contenido de la Lectura
Una incursión a la literatura de vanguardia es, en México, una incursión a Estridentópolis.
En esta lectura entran componentes geométricos, nociones relacionadas con el estilo, pero también movimientos narrativos y la animación de imágenes literarias a través del espacio y el tiempo. Ello obliga a una consideración adicional, una reflexión en torno al medio, a las formas de representación, y a la mirada de quienes permiten esta representación: un movimiento constituido gráficamente es distinto a los movimientos narrativos en la literatura, los desplazamientos descritos a través de los espacios simbólicos difieren de las perspectivas y sus rupturas; y desde luego, las imágenes cinematográficas en movimiento frecuentemente aludidas no son equiparables a las imágenes literarias.

Personajes
Los procesos de construcción y de significación de un espacio no sólo se observan a través de sus delimitaciones y los objetos, líneas, planos y cuerpos que lo marcan, sino también mediante la observación de quienes lo construyen, lo habitan, y tienen presencia, es decir, observadores, narradores, personajes en todos sus estados imaginables. No para todos, el espacio en cuestión es concreto, reconocible por otros, comparable con otras experiencias y vivencias de espacio. Se relaciona con la posibilidad de él o los sujetos de constituirse como tales a partir y en función de ciertas experiencias, horizontes, expectativas, visiones y percepciones de ellos mismos.
Llama la atención que los personajes “típicamente” estridentistas no suelen tener una presencia exacta: no aparecen de cuerpo entero ni suelen tener rasgos definidos: no se les identifica por un retrato aun cuando los retratos abundan. Con frecuencia se confunden –ya sea con otros personajes, ya sea con ellos mismos en un espacio o tiempo distintos. Aparecen por momentos, siendo no más que unos cuantos fragmentos: dejan sus huellas, el humo de un cigarro, un olor a perfume, se quedan atorados en un umbral, se repiten en el tiempo como si éste no pasara ni cambiara.


El caso de las mujeres estridentistas es especial; pueden ser pareja o pareja potencial, mujer idealizada, nunca madre (no hay niños estridentistas), mujer artífice en tanto maniquí-maniquí e n diversas presentaciones que nuevamente se caracterizan por el “uso” y no por la apariencia: “modelos espirituales de mujeres” las llaman, y “se podrán ver en nuestros escaparates sentimentales”; el juego no va por el lado de la identidad, sino expresamente por lo que la cubre.
Lo que constituye el universo femenino en la obra estridentista, los objetos con los que se relacionan las mujeres, la burla a los atuendos que van con todo y ocasión y comportamiento, así como con ciertos tipos de hombres (también eso es una ironía), es un universo femenino que pese a todo no incluye ni “hogar”, ni “niños” ni “maridos”. Amantes, quizá, acompañantes. En conjunto, se trata de uno de los intentos más radicales de sacar a la mujer de sus contextos y roles históricos en la literatura mexicana del siglo XX. Lo que llama la atención es que ni siquiera tiene que luchar para lograr el abandono o la liberación de sus papeles acostumbrados: en la literatura estridentista no se hace manifiesto al proceso de esa lucha.

La urbe literaria moderna- los paradigmas
La literatura estridentista es la acción de los propios poetas de hacerse presentes en la ciudad, la representación de ellos mismos en tanto factor estridente, incómodo, escandaloso en un momento de por sí difícil en los ámbitos político, social, cultural, intelectual. “Ciudad” es el espacio donde eso se puede hacer, porque en ella se reúnen y se juntan todas esas dificultades-y dado que no tiene que ser ni la ciudad capital, ni una ciudad grande, moderna, principal, la crean como ciudad literaria. “Ciudad” es posibilidad de dirigirse a los que sufren las incomodidades y pretenden saber cómo reorganizar todo. Así las cosas, los estridentistas no describen una ciudad para que la gente la conozca, sino que escriben en torno a las posibilidades, el potencial de lo urbano para que la gente que vive en alguna ciudad, se vea a sí misma en esta ciudad.
Estridentópolis en tanto ciudad literaria no llega a ser paradigmática ni para la modernidad vislumbrada por los científicos, ni por la otra, de los políticos. Es paradigmática, cuando mucho, para los procesos de construcción, “las posibilidades, el potencial del espacio simbólico, del concepto “ciudad”. Pero hay otro elemento por el cual esta ciudad literaria moderna no es paradigmática, como muestran los espacios simbólicos analizados en Estridentópolis, por las carácterísticas de sus espacios, sus personajes, y la temporalidad, no hay soluciones, todo es siempre inalcanzable, todo regresa al punto de partida, ose transforma, o escapa,, o no se puede integrar por lo fragmentario a no ser en el imaginario de los propios personajes cuya relación con su entorno, y de éste con los horizontes, siempre están a punto de suceder.

NOTAS SOBRE CULTURA MEXICANA EN EL SIGLO XX

CARLOS MONSIVAIS
En esta lectura se aborda el punto de la unidad nacional, afirmando que es la tierra firme y el salvoconducto, abarcando de manera amplia a las clases sociales, a las tendencias ideológicas, a los héroes contradictorios; además de que es el requisito para el Progreso. Pero el problema radica en que resulta difícil la búsqueda del progreso, ya que concluye en una, jamás definida, política cultural del Estado. Otro punto importante que toca es el nacionalismo, que es la doctrina o filosofía política que propugna como valores fundamentales el bienestar, la preservación de los rasgos identitarios, la independencia en todos los órdenes, la prosperidad, y la gloria y lealtad a la nación propia. Así como el modernismo que es considerado como un movimiento artístico que busca ante todo la belleza por sí misma, lo exótico, lo exquisito y el Arte como única finalidad. Lo que mas llama la atención es el hecho de que toma como referencia estos movimientos para poder relacionarlos después con los sucesos que acontecían en México durante el profiriato.
La Unidad Nacional es la tierra firme y salvoconducto: funde armoniosamente a las clases sociales, a las tendencias ideológicas, a los logros antagónicos, a los héroes opuestos o contradictorios. La Unidad Nacional es el requisito para el Progreso, la explotación del sincretismo como garantía del equilibrio político, cultural y social. La Unidad Nacional y la búsqueda del “progreso” concluyen en una jamás definida política cultural del Estado, que puede incorporar -sin demasiados juicios y prejuicios- las más encontradas tendencias e interpretaciones intelectuales y artísticas que, así impliquen una actitud radical (de izquierda o derecha, comunista o guadalupana), no representen una disidencia irreconciliable. En esta cultura intervienen, en forma casi desprovista de preocupaciones jerárquicas, las interpretaciones y traslaciones intelectuales y artísticas del sistema actual de poder y su origen armado; la ideología educativa; el panorama de la historia oficial; el modo de vida fundado en la concialición y el equilibrio ideológicos; el patrocinio moderado y caótico de las artes; el exceso pétreo y marmóreo de un arte oficial que consagra y magnifica al Estado.

sábado, 2 de febrero de 2008

LOS OBREROS-ARTESANOS EN LAS FÁBRICAS TEXTILES DE SAN ANGEL, 1920-1930*

MARIO CAMARENA
SUSANA A. FERNÁNDEZ




Las factorías representaron la viva imagen de la modernidad ante los ojos de los lugareños de esos años, debido a los enormes cambios que su instalación trajo aparejada, como fue la alteración de la naturaleza: contaminación de los ríos, ruido ensordecedor y hacinamientos humanos, entre otros; y también por la gran concentración de los hombres y mujeres que laboraban en el interior de las fábricas, repartidos en 49 diferentes oficios, lo que indica no sólo la magnitud de los establecimientos fabriles, sino también la gran división del trabajo que había. No obstante que estas empresas habían ido sufriendo grandes transformaciones en el aspecto técnico y organizativo, que se reflejaban en un aumento de la producción, de las ventas y en el número de obreros a lo largo de los cuarenta años, cabe indicar que tal modernización no significó que se diera un cambio automático en los hábitos culturales de trabajo de los obreros.
Para muchos estudiosos del movimiento obrero, la clase obrera no es otra cosa que la suma de máquinas energía eléctrica y fábricas. De esta forma, los instrumentos físicos se consideran como el elemento que hacen surgir directa, y hasta cierto punto compulsivamente, nuevas relaciones sociales de tipo capitalista, pero no se sigue que haya una correspondencia automática e inmediata entre la dinámica de producción y los hábitos y formas de trabajo en las empresas.
En este trabajo se analizarán las características culturales de los trabajadores calificados -y que denomino obreros-artesanos- dentro de los establecimientos fabriles textiles de San Angel, en los años posrevolucionarios. Son obreros de segunda generación y que deben su experiencia al hecho de haber vivido, desde su nacimiento, bajo un mundo cincelado por el ruido y el polvo de las máquinas, donde la recreación era un asunto de los fines de semana, y toda su perspectiva era la posibilidad de tener un empleo en alguna de las fábricas, de acuerdo a los requerimientos de las empresas.
Características de las fábricas textiles
Las fábricas textiles en los años veintes se caracterizaban por ser una combinación de máquinas y hombres, basándose en unas relaciones sociales de corte manufacturero. Eran empresas que dependían de la habilidad y pericia de los trabajadores para el desempeño óptimo de las labores, por lo que se pagaba a destajo el trabajo realizado. De tal manera, en esas empresas se retomó aquella forma de trabajo preindustrial. En el régimen de Porfirio Díaz encontramos las raíces del proceso de industrialización. Durante estos años se comienzan a introducir en las empresas grandes transformaciones técnicas dentro del proceso productivo, lo cual condujo a una mayor división del trabajo. Entre los principales avances tecnológicos introducidos destaca la utilización de la energía eléctrica. La utilización del vapor y de la fuerza hidráulica se vio disminuida, pero su uso no desapareció por completo. Algunas compañías combinaban los diferentes tipos de fuerzas motrices al interior del proceso productivo. La electricidad permitió la expansión de la capacidad productiva y los cambios en la tecnología. El problema técnico que determinó la mecanización de la industria algodonera fue el desequilibrio entre la eficiencia del hilado y la del tejido. La técnica debe considerarse en relación con el trabajador y no solamente en su relación interna; es decir, lo que se busca con las modificaciones introducidas en las máquinas es desplazar a los obreros, o en su defecto, hacerlos más productivos. De este modo, la importancia de los adelantos tecnológicos radica en que suplen los músculos del hombre, su conocimiento, su capacidad de juicio y reducen el grado de control. Desde este punto de vista, la clave en la evolución de las máquinas no es el tamaño o la capacidad motriz, sino el grado en que impone al trabajador su propio ritmo. La aplicación de la energía eléctrica al proceso de trabajo no cambió la relación entre el hombre y la máquina; y, además, todas estas innovaciones pertenecen a una maquinaría de fabricación reciente ya que tuvieron que esperar el desarrollo de sistemas especializados de energía eléctrica o neumática, antes de que fuera posible su fabricación. Los obreros calificados y su trabajo Las factorías estaban divididas internamente en departamentos: de hilados, tejidos, estampados y mecánicos. Cada uno se encontraba organizado de manera jerárquica y sobre el maestro recaía la responsabilidad de la producción. Esta jerarquía establecida dentro de las unidades de producción había sido heredada de las formas gremiales. Dentro de ella, las personas más capacitadas y con más años de experiencia eran las que dirigían y organizaban el trabajo. De esta forma, los obreros más calificados -la mayoría de los cuales eran maestros- eran los que tenían el control del proceso productivo. El pago a destajo como forma de control Dado que los obreros calificados gozaban de una gran independencia dentro de las factorías textiles, los empresarios buscaron una manera de controlarlos y hacerlos más productivos. Así, a través del pago a destajo, del reglamento interno de la factoría y de un trato paternalista se trató de encarrilar a los trabajadores a la lógica productiva del sistema capitalista. No obstante, estos mecanismos de dominación chocaban con hábitos y costumbres de los operarios de la época. Las normas eran muy rígidas y el salario se utilizaba también como una forma de control. El pago a destajo tendía a obligarlos a producir más y a un ritmo más acelerado, ya que a una cierta cantidad de trabajo terminado le correspondía un cierto salario. Ello motivaba que los trabajadores aumentaran su velocidad en la tarea a la que estaban adscritos, así como también su pericia en la realización de la misma, o, en otros casos, que alargaran voluntariamente su jornada de trabajo. De tal forma, los salarios van vinculados a la intensidad de la explotación. Las luchas reivindicativas Durante la época posrevolucionaria, los trabajadores textiles emprendieron diversos movimientos en defensa de su empleo, contra las disminuciones salariales, etcétera. Lo característico de estos movimientos fue su resistencia y la beligerancia con que se enfrentaron a los patrones, impregnadas por una tradición gremial. El oficio y el lugar común de trabajo crearon una identidad entre los trabajadores. Surgieron organizaciones de tipo corporativista a partir de un ambiente fabril en donde el conocimiento, la habilidad y el ser obrero eran elementos de identidad clasista. Este control sobre el proceso productivo llevó a que los trabajadores dispusieran de las horas de trabajo como mejor les pareciera. Más aún, los obreros no sólo buscaban detentar el control dentro de las empresas, sino que pretendían apoderarse de ellas. Los mítines en las fábricas y el apedrear a la administración eran algunas de las formas en que los obreros expresaban su descontento por el despotismo de los administradores y trataban de conseguir su destitución. Uno de los mecanismos más recurrentes era el paro repentino en el momento de los sucesos, pero esta forma no sólo estaba dirigida contra el móvil del problema, sino contra todo el sistema de producción fabril. otra arma más eficaz contra la crisis de sobreproducción era el sabotaje. En las huelgas donde la empresa intentó utilizar a esquiroles, la respuesta obrera fue descomponer las máquinas para evitar la difería de sus intereses. Uno de los mecanismos más recurrentes era el paro repentino en el momento de los sucesos, pero esta forma no sólo estaba dirigida contra el móvil del problema, sino contra todo el sistema de producción fabril. otra arma más eficaz contra la crisis de sobreproducción era el sabotaje. En las huelgas donde la empresa intentó utilizar a esquiroles, la respuesta obrera fue descomponer las máquinas para evitar la reanudación de las labores Fueron estos años que transcurrieron de 1920 a 1930 una época en que los trabajadores del ramo textil intentaron proteger su status económico y social a través de las huelgas. Se valieron de un lenguaje de lucha de clases que expresaba preocupaciones corporativas de tipo gremial.